No pienses amigo mío;
Que la risa dios ha de
Juzgar; la mala intención
De quien lo hace, lo habrá
De mortificar.
Si ríes, ríe para los niños;
Que al escucharte se alegraran;
Y mil sonrisas, de sus boquitas
Al instante, brotaran.
Que tu risa, no sea burla
Ni mucho menos para dañar,
A ese pobre hermano tuyo;
Pues el mandato es amar.
Regala muchas sonrisas;
Que el poderoso te escuchara;
El también ríe y llora;
Con las acciones del hombre actual.
Se paciente y con un chiste,
Sin darte cuenta, al iracundo
Calmaras; cuando un destello de
Luz desaparece en la oscuridad.
Y así; al caminar en la noche,
De lo alto escuchara,
Una carcajada; y por cada sonrisa
Divina una estrella; en el cielo
Brillara.
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